Muy buenas! Mi nombre es Leticia
Mora y a pesar de ser este mi quinto campamento, es el primero que hago con
Valdemoro. Esta entrada es para que contemos como monitores cuál ha sido nuestra experiencia en el campamento
y cuando nos ha dicho Patxi que quién quería, no lo he dudado ni un instante;
hay tantas cosas que decir..
Para empezar, yo iba un poco
“asustada”, no por tener que cuidar a los niños ni porque no supiese que tenía
que hacer, sino porque al ser “la
nueva”, no tenía esa confianza con los otros monitores que entre ellos mismos
podían tener; muchos de los niños se conocían entre sí y a los mismos monitores
de la parroquia, de las catequesis.. La verdad es que me sentía como un
invitado en una reunión familiar.
En el autobús esos miedos
comenzaron a desaparecer, empecé a conocer a algunas niñas, si lo leen ellas
sabrán quienes son, y me parecieron geniales, además sabía que algunas de ellas
estaban en mi grupo y me sentí super afortunada.
Los días en el campamento fueron pasando (a mí me parecía que pasaban muy rápido y no quería que llegara la hora de partir), la relación con los monitores era estupenda, los niños eran maravillosos y a pesar de alguna que otra regañina se respiraba un ambiente que si tengo que decir la verdad no había vivido en ninguno de los otros campamentos. Los juegos, las veladas, las catequesis, los talleres, las marchas.., todo era genial; disfrutábamos monitores y acampados casi por igual, nos picábamos, intentábamos ser los mejores, nos ayudábamos, compartíamos, el campamento era como una gran familia.
Yo tuve que irme un día antes por
asuntos personales, y fue el día en que vi que todo esfuerzo tiene su recompensa, es cierto que cuando fui estaba “asustada”, pero durante todo el
tiempo no me pare a pensar en qué pensarían los demás de mi trabajo; yo estaba
allí no para pasarlo bien (que también lo hice, como la que más) sino que
estaba allí para que los niños disfrutaran y se acercaran un poco más al Señor,
di todo lo mejor de mi misma que pude y ese día.., el día que tuve que
marcharme, vi que los niños, los monitores y todos los que formábamos ese
campamento habíamos conectado, que dándonos a los demás sin esperar nada a
cambio era lo más bonito y lo que en realidad daba más frutos; por ello quiero
terminar diciendo que cada uno de vuestros hijos, cada uno de los monitores,
jefas, Patxi, cocineros, han conseguido hacerme sentir querida, feliz,
afortunada y que me enamorara más del Señor y de la vida, por todo esto y
muchísimo más GRACIAS, es la única palabra que puedo utilizar porque lo que
siento dentro de mí es tan grande que soy incapaz de expresarlo con palabras,
solo puedo mostraros mi agradecimiento.
Terminar diciendo que aunque el campa haya terminado, la
relación entre nosotros no lo ha hecho y que puede que haya sorpresas de vez en
cuando en el blog; sabemos que la fuerza que nos une, El Señor, es mucho más
grande que la distancia que nos separa.
Espero veros el año que viene y sigáis confiando en
nosotros.
DOB
Leticia
Preciosa entrada! Qué maravilla es cuando ves que el Señor nos une, verdad? Lo has contado genial.
ResponderEliminarUn saludo a su autora y un abrazo para todos los lectores! ;D